¿Qué debo hacer si noto algún problema de visión?
Si notamos dificultades o molestias para llevar a cabo actividades del día a día como escribir, leer, conducir o ver la televisión, es probable que tengamos algún problema visual. Habitualmente son anomalías refractivas (y no enfermedades) y pueden provocar visión borrosa o cierto malestar. En cualquier caso, lo recomendable es acudir a un óptico-optometrista para que nos realice un exhaustivo examen visual y aporte la mejor solución en base a nuestras necesidades.
¿Qué puede hacer un óptico-optometrista?
El óptico-optometrista realiza un gran número de funciones, más allá de la venta de gafas o lentes de contacto, como muchas personas creen. De esta forma, estos profesionales de la salud pueden detectar cualquier anomalía que pueda existir en nuestra visión, utilizando para ello diverso instrumental y técnicas para medir y valorar la función visual y analizar la estructura de los ojos.
Además de corregir los problemas de refracción y otras disfunciones visuales binoculares y/o acomodativas, a través de tratamientos y lentes específicos para cada persona, también realizan rehabilitación visual en casos de baja visión o terapia visual ortóptica, adaptan lentes de contacto tanto en usos comunes como en adaptaciones especiales, consiguen sacar el mayor rendimiento posible al sistema visual, pueden colaborar de forma interdisciplinar en el abordaje de ciertos síndromes y/o patologías en caso de que la visión esté afectada.
¿Qué es una disfunción binocular?
El sistema visual tiene diversas funciones para conseguir que la visión que obtenemos sea clara, nítida, cómoda y eficiente. Una de estas funciones es el de alineamiento de los ojos, ya que para obtener una buena visión es necesario que los dos ojos funcionen de forma coordinada dirigiéndose correctamente hacia el objetivo al que se quiere mirar.
Existen diversas disfunciones como la insuficiencia y el exceso de convergencia, la insuficiencia y el exceso de divergencia, la endoforia básica o la exoforia básica. En estas disfunciones, los ojos tienen que hacer un sobreesfuerzo para mantenerse coordinados y obtener una única imagen (evitando la visión doble). Este sobreesfuerzo puede provocar molestias como dolores de cabeza, mareos, dificultad en cambiar la visión de próxima a lejana o viceversa, visión doble, etc.
Los ópticos-optometristas pueden realizar para algunas de estas disfunciones programas de terapia visual ortóptica que cuentan con el máximo nivel de evidencia científica, reduciendo así las molestias ocasionadas, y potenciando el sistema visual. En caso de que la terapia visual no esté aconsejada, existen otros métodos de tratamiento bien con prismas o bien con una simple corrección óptica, para minimizar o eliminar dichas molestias.
¿Qué es una disfunción acomodativa?
Antes de que aparezca la presbicia, los ojos tienen una capacidad de enfoque a todas las distancias llamada acomodación. Esta función se realiza gracias a un pequeño músculo que rodea al cristalino y que recibe el nombre de músculo ciliar. Este músculo, como cualquier otro músculo del cuerpo, puede tener en algún momento algún funcionamiento anómalo. Por ejemplo, no poder hacer toda la fuerza necesaria para enfocar a una distancia próxima como la de lectura (insuficiencia acomodativa), o no poder relajarse completamente provocando mala visión en lejos (exceso acomodativo).
Los ópticos-optometristas pueden realizar programas de terapia visual ortóptica que cuentan con el máximo nivel de evidencia científica para estas disfunciones, reduciendo así las molestias ocasionadas, y potenciando el sistema visual. En caso de no poder realizarse la terapia visual, una corrección óptica adecuada puede eliminar o reducir los síntomas relacionados con estas disfunciones.
¿Qué es el estrabismo?
El estrabismo se produce cuando el alineamiento ocular no es posible, desviándose uno de los dos ojos. Habitualmente estas desviaciones provocan visión doble (diplopia), salvo que algún mecanismo sensorial para evitarla ya esté actuando, eliminando o “reposicionando” la imagen de uno de los dos ojos.
En función del motivo por el que aparece el estrabismo, puede estar indicado el tratamiento con terapia visual ortóptica o la adaptación de unos prismas compensadores que faciliten la ubicación adecuada de la imagen.
En caso de aparición repentina de estrabismo y diplopia, es necesaria la visita urgente al oftalmólogo.
¿Puede un optometrista tratar problemas de aprendizaje ?
El tratamiento y resolución de los problemas de aprendizaje corresponde a profesionales específicos para dicha labor.
Sin embargo, el optometrista puede participar de manera interdisciplinar y decisiva siempre y cuando exista una dificultad visual añadida que esté agravando dicha situación.
La visión es el sentido mas importante a la hora de poder desarrollar las tareas escolares, y por tanto un error refractivo, una disfunción binocular o acomodativa pueden provocar el malestar del niño o la niña y su correspondiente negativa o imposibilidad de realizar dichas tareas. El optometrista es capaz de proporcionar un sistema visual fuerte, con el máximo rendimiento de la visión, unos movimientos oculares más precisos para que la lectura sea mas eficiente, etc. De esta forma, el profesional adecuado puede tratar el problema de aprendizaje con más garantías de éxito.
¿Puede un optometrista tratar la posible afectación visual de una persona con daño cerebral?
Sí. En muchos casos, el optometrista puede realizar terapias o prescribir ayudas para personas que han padecido algún daño cerebral con afectación visual, intentando potenciar la función visual en la medida de lo posible, aprovechando las capacidades existentes tras el accidente.
¿Qué es la ortoqueratología nocturna?
La ortoqueratología (Ortok) consiste en la adaptación de unas lentes de contacto especiales que se utilizan mientras se duerme. Estas lentes de contacto consiguen moldear la córnea para que al día siguiente se pueda ver bien sin necesidad de usar gafas ni lentes de contacto.
Este método está avalado por la evidencia científica, y también se ha demostrado como un sistema muy válido para el control de miopía.
¿Los ópticos-optometristas están cualificados para revisar mi visión?
Sí, un óptico-optometrista está perfectamente cualificado para revisar la visión de los pacientes, así como para realizar tratamientos encaminados a mejorar y potenciar tu visión. Se trata de profesionales titulados universitarios del sector sanitario. En la actualidad la formación universitaria es el Grado en Óptica y Optometría.
Además, los ópticos-optometristas pueden especializarse en diversas áreas, como la refracción, visión deportiva, ergonomía visual, exámenes visuales, cirugía oftalmológica, protección visual, medidas preventivas…
¿Dónde encontrar un óptico-optometrista?
Aunque los ópticos-optometristas se encuentran mayoritariamente en establecimientos sanitarios de óptica a pie de calle o en gabinetes de optometría, estos profesionales también desarrollan su actividad en hospitales tanto públicos como privados, así como en ambulatorios. Las industrias ópticas y los centros oftalmológicos son otros lugares en los que trabajan.
De igual modo, pueden ejercer en la Organización Nacional de Ciegos Españoles (ONCE), llevando a cabo tareas como atención clínica, rehabilitación o formación. Asimismo, también hay optometristas en proyectos de investigación en el Consejo Superior de Investigaciones Científicas (CSIC). Además, también ejercen en la docencia, tanto en el nivel universitario como en los otros niveles académicos.
¿Los ópticos-optometristas se dedican solo a vender gafas?
Los ópticos-optometristas no se dedican exclusivamente a vender lentes, de hecho, realizan otras muchas tareas. En general, se encargan principalmente de estudiar y mejorar el sistema visual que funciona de manera inadecuada, teniendo en cuenta que se trata de un profesional que cuenta con la formación necesaria en materia de fisiología normal y anormal de los ojos.
¿Cada cuánto tiempo hay que hacerse una revisión ocular?
Lo habitual es que se recomiende realizarse una revisión ocular una vez cada año, con el objetivo de identificar cualquier problema que pueda surgir y mejorar notablemente la calidad de la visión. En base a los factores anteriormente citados, el tiempo de revisión puede cambiar. De esta forma, durante la infancia, es aconsejable hacerla en las primeras semanas tras el nacimiento, al igual que, hasta los 6 años de edad, es importante llevar al niño al óptico-optometrista de manera periódica para confirmar que todas las estructuras que conforman el sistema visual se desarrollan adecuadamente.
Salvo que se indique lo contrario, en la adolescencia y la edad adulta, lo más recomendable es acudir a revisión cada 2 años y, si se es diabético, entonces habrá que hacerlo de forma anual. En la edad adulta (hasta los 40 años) está bien realizar revisiones en intervalos de 5 años, siendo lo habitual hacer un examen completo antes de cumplir los 30 años y otro similar antes de los 40.
A partir de esta edad y hasta los 65 años, la mejor opción es hacerse revisiones cada dos años, aproximadamente. Ya una vez pasados los 65, como mínimo, las revisiones deben hacerse una vez al año.
¿Por qué es importante revisar la vista de manera periódica?
En la actualidad, existe una gran variedad de enfermedades que se relacionan de manera directa con los problemas de visión. El hecho de acudir a revisiones periódicas favorece el poder derivar en caso de sospecha, para poder así hacer un diagnóstico lo mas precoz posible por parte del profesional correspondiente, y de esta forma aplicar métodos preventivos o tratamientos para evitar afecciones de mayor gravedad. Lo ideal es no dejar pasar más de 2 años de las revisiones, ya que existen enfermedades silenciosas que no se detectan tan fácilmente en el día a día, como el glaucoma. Además, otras enfermedades como la esclerosis múltiple o la diabetes pueden afectar negativamente en la estructura ocular o a las capacidades visuales.
Los productos visuales que se venden en bazares, puestos ambulantes o similares, ¿son recomendables?
Aunque son muchas las personas que compran gafas baratas en cualquier establecimiento, hay que saber que, en este caso, lo barato puede salir muy caro. Este tipo de lentes las podemos encontrar en gasolineras, mercadillos ambulantes, bazares… y aunque se note en el bolsillo, no es lo más recomendable puesto que pueden dañar bastante la vista y más aún si se tienen ciertos problemas como la vista cansada. Este tipo de productos no tienen en cuenta aspectos como la distancia interpupilar o la diferencia de graduación entre ambos ojos, por lo que se desaconseja totalmente utilizarlos.
La dispensación correcta de gafas para el tratamiento de los defectos de refracción da lugar a una mejora de la calidad de vida relacionada con la salud en lo que respecta a la visión, a un menor número de dificultades en las actividades visuales de la vida diaria y a una disminución de los síntomas depresivos, sobre todo en personas más mayores. Se puede decir que la compensación de los errores refractivos con gafas adecuadas, además de hacernos ver bien, produce una mejora en la calidad de vida general relacionada con la visión.
¿Cuáles son las principales patologías o problemas de visión?
Es normal que las personas tengamos algún problema de salud visual, de hecho, tres de cada cuatro españoles refieren problemas de salud visual. Prevaleciendo mucho más los problemas refractivos y/o binoculares, los cuales debe quedar claro que no son patológicos, sino que son disfunciones. Según datos del Libro Blanco de la Salud Visual dentro de las disfunciones el 37% de la población presenta miopía, el 35% astigmatismo, el 22% presbicia (problemas para ver de cerca), hipermetropía el 13% y ojo vago (ambliopía) el 1%. A nivel de las principales patologías oculares la prevalencia disminuye mucho siendo la mayor las cataratas con un 3%, y el glaucoma, los problemas en la retina (degeneración, desprendimiento, retinopatía), y los problemas en la mácula (degeneración, edema, derrames…) con un 1% cada una. El tratamiento precoz de las enfermedades oculares es imprescindible para minimizar sus daños, no pudiendo dilatarse por las abultadas listas de espera existentes.
La pérdida de visión tiene muchas causas que requieren medidas preventivas, de rehabilitación y de prescripciones adecuadas, ya sean gafas o lentillas convencionales o ayudas de baja visión. Los defectos de refracción no corregidos, las cataratas, el glaucoma, la degeneración macular relacionada con la edad y la retinopatía diabética y la miopía elevada (más de 6 dioptrías) son responsables de la mayor parte del deterioro global de la visión.